Cuentan, que en las noches de las mas brillantes estrellas, una magia envuelve una tierra lejana.
Cuentan, que un joven perdido en aquella tierra buscaba una estrella que se le había perdido.
Aquella estrella perdida, había caído a la tierra, y sobre ella surgió la leyenda de que quien la encontrara le concedería el mayor de sus deseos, su nombre...Sying.
Bao, nuestro protagonista, sale en busca de un tesoro, un tesoro que le conceda el deseo de casar con Kumiko, una joven que según cuentan es la heredera del Emperador, de gran hermosura, y de difícil corazón.
Bao, nuestro joven es el hijo del herrero, que vive en la ciudad, esperando ver a la Princesa Kumiko en su presentación en sociedad, Bao comenta con su tío que quiere llevarle un regalo a la princesa por su cumpleaños ya que aquel que le haga la promesa mas esplendida la tomará en matrimonio, y Bao le llevará el anillo más bonito que pueda forjar y con él le pedirá a Kumiko que despose con él.
En palacio el Emperador y la Princesa ven pasar a miles de pretendientes de toda clase social, pues, los consejeros del Emperador le había dicho que aquel que se PROMETIERA a la princesa no seria de origen noble, sino un joven que debería atreverse a resolver el enigma que la joven princesa la propusiera.
Miles y miles de hombres pasaron ante las caras impasibles de Kumiko y de su padre sin que ninguno se atreviese a mirarles o si quiera a aceptar alguno de los retos propuestos por la princesa. Llegó el turno de Bao, temeroso se acerca al trono y con voz baja y humilde dice:
- Para su Alteza la joya más brillante de mi casa.
A lo que Kumiko comienza a reír y dice:
- No seas iluso herrero nada brilla más que una estrella excepto mis joyas, jajaja.
- Decid pues alteza ¿cuál es el reto que me proponéis?
Kumiko sorprendida de la valentía de Bao al mirarla a los ojos y exigirle su reto intenta responder mirando sorprendida a su padre:
- Pues...
El Emperador la corta poniéndose en pie, y diciendo a Bao:
- Me habían advertido que el valiente que intentaría desposar a mi hija sería alguien humilde pero de bravo corazón. Muchacho el reto que debes cumplir es... encaminarte al bosque misterioso donde se dice que la magia la estrella caída habitan y no dejan que ningún hombre vuelva, al menos cuerdo o vivo.
Al terminar esta proclama, el Emperador se acerca a sus consejeros y a los miles de pretendientes que allí escuchaban para ordenar que se terminase la ceremonia de pedida pues Bao es el elegido por la princesa para llevar acabo su reto y si al cabo de siete días no regresaba la princesa se desposaría con aquel que le entregase el regalo mas humilde de todo el reino.
Todo el mundo se puso en marcha, unos felicitaban a Bao otros le amenazaban y otros simplemente no se atrevía a mirarle pues ya estaban pensando qué regalo harían a la princesa dentro de una semana.
Mientras Bao, caminaba cabizbajo y pensando en cómo le contaría a su tío que iba a dejarle para embarcarse en una peligrosa aventura para casarse con su idolatrada amada y sacarle a él de la miseria y del duro trabajo. A media que avanzaba su camino se le hacía mas largo y pesaroso, como decirle al hombre que le había criado y cuidado como a otro más de sus hijos que lo dejaba y no sabía si iba a volver... pero por desgracia tendría que hacerlo pronto, el camino se terminó pues acababa de llegar a casa....
Bao tomó aire por segunda vez, ésta ultima mas profunda, como retrasando los segundos, pero una voz, cansada por la pesarosa vida pero alegre por tenerle de vuelta a casa, le dice que entre que la cena está en la mesa.
CONTINUARA
Bao = Tesoro, Sying = Estrella, Kumiko = belleza eterna (PRINCESA)
